Como la mayoría de los sectores, la agricultura usa los avances tecnológicos para mantenerse a la vanguardia, lo que da lugar a cambios drásticos. Es inevitable que, al ser las herramientas más complejas, se conviertan en un mayor objetivo de robos. Pero los avances en otro tipo de tecnología, los sistemas de alarmas de seguridad, pueden servir de contrapeso para proteger el sustento de los agricultores.
Otro desafío es vigilar los activos más vivos del agricultor: los animales. Para ello, los agricultores usan los mismos métodos desde hace siglos, basándose sobre todo en métodos subjetivos e incidentales, como las inspecciones físicas periódicas, normalmente con un solo momento al día por animal. Esto no solo requiere mucho tiempo y perturba la rutina diaria, sino que puede dar lugar a resultados poco fiables con resultados negativos y posibles causas de altas tasas de mortalidad. La tecnología también puede ayudar aquí, con la habilidad para supervisar la posición de los animales, la alimentación y el comportamiento para ayudar a los agricultores a mantenerlos en forma y sanos con menos inspecciones físicas.