El transporte marítimo es un pilar fundamental de la sociedad actual: las mercancías, los bienes de consumo y las materias primas viajan por todo el mundo, siendo los puertos la principal vía de entrada y salida de los productos que miles de millones de personas consumen y utilizan en su vida diaria. La cadena de suministro es, pues, fundamental para el normal funcionamiento de la economía de los países, como se está viendo actualmente, donde el crecimiento de la demanda a nivel global está acarreando retrasos y problemas como el desabastecimiento y la consecuente subida de los precios, que afecta tanto a empresas como a consumidores.
La Península Ibérica es uno de los puntos más importantes de Europa para el tráfico de mercancías por su excepcional situación geográfica que le hace conectar directamente con el continente americano a través del océano Atlántico, y con Reino Unido —uno de los principales importadores de productos europeos— por el mar Cantábrico y golfo de Vizcaya, que a su vez permite navegar de forma directa hacia los principales puertos del norte de Europa.
No en vano, entre España y Portugal suman más de medio centenar de puertos por los que cada año pasan miles de embarcaciones y que gestionan millones de contenedores, un volumen que va en aumento como reflejan las cifras oficiales: solo en España el tráfico de contenedores alcanzó los casi 18 millones de teus en 2021, un 5,5 % más que en 2020, lo que le sitúa como el país europeo con mayor tráfico de contendores. Por su parte, Portugal ocupa una posición privilegiada, la costa lusa se encuentra en la encrucijada de las principales rutas de comercio internacional y en el frente atlántico de Europa. Debido a este posicionamiento estratégico, tiene estatus en las cadenas logísticas del comercio internacional y en los circuitos de cruceros.
Teniendo en cuenta estos datos, la gestión de los puertos, tanto de la logística que implica el control y distribución de las mercancías como la seguridad de los recintos, es de vital importancia para las autoridades de ambos países, que han de destinar una importante cantidad de recursos para proteger estas infraestructuras críticas ante cualquier tipo de amenaza.
Por suerte, la tecnología y las soluciones cada vez más sofisticadas que las empresas de seguridad como Hikvision ponen a disposición de este tipo de complejos no solo aportan una mayor fiabilidad y tranquilidad a los gestores de los puertos, sino que suponen una importante reducción de los costes. La compañía, líder de soluciones AIoT y servicios de Big Data enfocados a la seguridad, participa en el desarrollo de soluciones para muchos de los puertos situados en el Atlántico y el Cantábrico de la Península Ibérica: en España está presente en Huelva, Gijón, Bilbao, Vigo, Ferrol, La Coruña, Avilés y Santander; mientras que en Portugal, Hikvision tiene equipos de videovigilancia instalados en dos de los principales puertos del país luso como Leixões y la Terminal XXI de Sines, así como en Vilamoura Marina, Peniche Pesca Dock y Cascais Marina.
Principales medidas de seguridad para proteger los puertos ante intrusiones o amenazas
Más allá del tamaño del puerto, tenga un mayor o menor volumen de actividad, las medidas para garantizar la seguridad de este son similares, y en primer lugar es necesario hablar de la seguridad perimetral, que garantiza la protección del recinto a través de distintas cámaras de videovigilancia que cubren todo el terreno.
La Inteligencia Artificial, unida a las imágenes a todo color que permiten ver con claridad incluso de noche, reducen las falsas alarmas, pues al ser capaces de distinguir entre objetos, personas o vehículos incluso en condiciones meteorológicas adversas, aportan un mayor nivel de precisión y ahorran tiempo a los equipos de seguridad, que pueden disminuir el número de patrullas in situ por una determinada área, sabiendo con certeza que los dispositivos de videovigilancia avisarán de forma fiable en caso de producirse cualquier incidencia.
Otro de los riesgos en los puertos son los incendios. Las cámaras fijas de tipo bullet en espectro visible o térmicas se sitúan en un punto determinado y, gracias a los algoritmos de Deep Learning que incorporan, son capaces de detectar un aumento inusual de temperatura si se produce un incendio, avisando rápidamente al personal para que intervenga. En un puerto, con miles de contendores almacenados con mercancías valoradas en millones de euros, actuar a tiempo supone un factor determinante que supone evitar cuantiosas pérdidas.
Los puertos son recintos que con una superficie muy amplia, por lo que las cámaras fijas que abarcan pasillos o estancias no son suficientes: como apoyo a los dispositivos de tipo bullet existen los modelos PTZ que pueden ser dirigidos desde la sala de control y que al ser móviles permiten cubrir zonas o puntos específicos dentro del recinto.
Las cámaras de tipo PTZ aportan movilidad, pudiendo ser dirigidas desde la sala de control como apoyo de las de tipo bullet y cubrir áreas determinadas. Estas cámaras PTZ se pueden combinar, además, con los radares de control, que abarcan una superficie determinada y avisan de cualquier obstáculo o anomalía que no estuviera especificada previamente. Si el radar detecta una intrusión, la cámara PTZ, al ser móvil, se dirige automáticamente al punto señalado para hacer la validación visual y genera una alarma en caso de necesidad. Y para los puntos ciegos que se producen, sobre todo en las esquinas, las cámaras mini domo permiten colocarse hacia abajo y visualizan la zona deseada gracias a su visión en 360°.
La protección de los navíos es otro punto esencial en la gestión de cualquier puerto. Cada día, dependiendo del tamaño de estos, pueden atracar y desatracar cientos o miles de barcos, a los que hay que tener controlados y saber su posición exacta en todo momento. Para ello, las grandes cámaras posicionadoras situadas hacia fuera, es decir, hacia el mar, cubren grandes distancias incluso de acercamiento de barcos, que hacen un seguimiento y localización de las naves cuando aún no son visibles desde tierra.
Para garantizar que todos estos dispositivos mantienen una alta fiabilidad durante su uso en un entorno hostil como un puerto, donde la sal, el agua, el sol o el viento pueden dañar y comprometer el normal funcionamiento de estos, las cámaras cuentan con protección NEMA 4X, un estándar de calidad que garantiza que están diseñados para evitar la corrosión a la que están sometidos estos aparatos durante su vida útil.
La importancia de los accesos
Un puerto es un lugar donde el tránsito de personas es continuo, por lo que el riesgo de que se produzca una intrusión es elevado. Controlar los accesos se antoja fundamental en este tipo de escenarios, y las empresas de seguridad como Hikvision tienen previstas una serie de soluciones que garantizan que las personas que entran y salen de las instalaciones o de una determinada área cuentan con la autorización correspondiente.
Los terminales de control de accesos, cada vez más sofisticados, incorporan el tradicional lector de tarjetas, al que hay que sumar los métodos de autentificación biométrica, como la huella dactilar o el reconocimiento facial, cada vez más habitual. Actualmente, ya existen terminales que traen consigo la tecnología de reconocimiento de iris, la más fiable del mercado, pues el iris de una persona permanece prácticamente inalterable a lo largo de los años y permite distinguir a una persona incluso con la cara tapada por una mascarilla.
El tránsito de vehículos también exige un control exhaustivo, pues son cientos o miles los camiones que acuden a cargar o descargar la mercancía de las naves. Tener la certeza de que un vehículo entra a su zona asignada y mantiene el itinerario establecido en tiempo y forma es esencial para los gestores del puerto. Para ello, el sistema ANPR de reconocimiento de matrículas entra en escena, con la ayuda de los algoritmos de Deep Learning que permiten registrar el número de la matrícula de un vehículo, seguir todo su recorrido e incluso el tiempo que ha permanecido en sus instalaciones. Desde el puesto de control, el equipo de seguridad sabe en todo momento quién entra y sale de las instalaciones en tiempo real y puede ver el número de la matrícula de forma nítida, pues la cámara registra dicho número y lo “aprende”, de forma que es capaz de situarlo en todo momento.
La mejora de la logística para el seguimiento y control de los contendores
Los controladores desempeñan una ardua labor al tener que cotejar el número de bastidor de los contenedores con el registro del puerto, examinar la información y supervisar la entrada y salida de toda la mercancía que entra y sale de las instalaciones. La Inteligencia Artificial simplifica el trabajo de estos profesionales al reconocer los números de identificación de los contenedores: el sistema transmite secuencias de vídeo y envía dichos números a la sala de control en tiempo real. De forma automática, el número de cada contenedor o remolque se coteja con el registro oficial del puerto y, si todo está en orden, autoriza que pueda comenzar el proceso de carga. En caso de que se produjera cualquier incidencia, el sistema enviaría una alerta inmediata a la sala de control para que el personal intervenga si es necesario. Al estar todo el proceso automatizado, la eficiencia de los puertos aumenta exponencialmente pues permite un mayor número de operaciones por hora y ahorra tiempo, dinero y esfuerzo.
Como vemos, la seguridad, gestión y control de todo lo que ocurre en una infraestructura crítica tan particular como un puerto requiere de la tecnología más avanzada y los sistemas más sofisticados para su normal funcionamiento en el presente, pero también para los indudables retos que están por llegar en el futuro, para los que la Inteligencia Artificial será sin duda la mejor aliada.
Juan de la Pedraja, Business Development manager en Hikvision Iberia