Dentro de los equipos de seguridad, las alarmas son hoy en día lo más demandado
La proliferación de este tipo de dispositivos y la mayor competencia que existe en el mercado los ha convertido en soluciones muy asequibles que, además, responden a la necesidad de los propietarios de viviendas y negocios de vivir con la tranquilidad de saber que uno está protegido.
Las alarmas son lo que en el argot de la seguridad denominamos sistemas anti-intrusión. Se trata de equipos que detectan la presencia de extraños. Para ello cuentan con detectores de presencia de diferentes tipos: cámaras, detectores PIR —es decir, sensores de movimiento— o contactos magnéticos —que perciben cuando una puerta o ventana se abren—, entre otros. Estos dispositivos están conectados a un panel de control, al que envían la señal si se produce cualquier anomalía, y el panel activa la alarma y da el aviso correspondiente en pocos segundos.
Además, estos equipos permiten controlar quién entra y sale de un inmueble, y a qué hora. De esta manera, además del propio servicio de seguridad, la alarma aporta un control de los accesos: podemos saber a qué hora ha entrado o salido nuestro hijo de casa, o las horas que ha permanecido un empleado en la tienda, por poner dos ejemplos.