En apenas dos semanas, España ha vivido una catástrofe ambiental sin precedentes. Según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS), más de 270.000 hectáreas han ardido en la quincena negra de agosto, acumulando un total de 411.315 hectáreas calcinadas en lo que va de 2025. Una cifra que sitúa este año como el peor de la historia reciente, superando ampliamente el récord de 2022.
Ante un escenario marcado por el cambio climático, con incendios más frecuentes, más intensos y más destructivos, la prevención y la detección temprana se han convertido en prioridades estratégicas para las administraciones públicas, los cuerpos de seguridad y los equipos de emergencia. En este contexto, la videovigilancia térmica con inteligencia artificial se presenta como una herramienta avanzada para apoyar la detección temprana y la protección del entorno natural.
Un cambio de paradigma en la prevención de incendios forestales
Tradicionalmente, la vigilancia forestal se ha basado en la observación humana directa desde torres o puntos elevados. Sin embargo, este modelo presenta limitaciones evidentes:
● Cobertura limitada (imposibilidad de cubrir grandes extensiones de forma continua).
● Dependencia del factor humano.
● Dificultad de visibilidad en condiciones de baja luminosidad o clima adverso.
● Imposibilidad de funcionamiento 24/7 de forma fiable.
Hoy, la tecnología permite superar esas limitaciones con soluciones más robustas y precisas. Las cámaras térmicas de Hikvision, integradas en plataformas de control centralizado y sistemas GIS (sistemas de información geográfica), ofrecen una detección temprana, automática y en tiempo real de focos de calor y humo en entornos forestales, incluso en condiciones de oscuridad total o meteorología adversa.
¿Cómo funcionan estas soluciones?
Las cámaras térmicas de Hikvision trabajan con un sistema de doble canal:
● Canal térmico: detecta fuentes de calor anómalas a través de un algoritmo que compara la temperatura del objetivo con la del entorno. Esto permite localizar de forma automática posibles focos de incendio.
● Canal óptico: complementa al térmico con un sistema de detección de humo, especialmente útil en escenarios donde la vegetación o el relieve ocultan la fuente del fuego. El humo suele aparecer antes que las llamas, por lo que este canal acelera la alerta y mejora la precisión.
Este doble enfoque permite no solo detectar más rápido, sino minimizar los falsos positivos gracias a los algoritmos de inteligencia artificial de última generación (IA Large Mode), capaces de distinguir humo natural de chimeneas, niebla o nubes. Además, funciones como el enmascaramiento inteligente permiten excluir zonas específicas (fábricas, núcleos urbanos cercanos) para evitar alertas innecesarias.