Dando a los Perros Callejeros un Refugio Cálido
Actualmente, con instalaciones de refugio insuficientes y acceso limitado a nutrición y cuidado, más de 4 millones de perros callejeros en Turquía están soportando condiciones difíciles. Para Fazilet Eda Altıöz, una mujer que había dedicado casi cinco años a cuidar de los animales callejeros, la situación era preocupante. “Estos perros no son solo callejeros, son familia,” dice ella. “Espero aprovechar mi fuerza para mejorar sus vidas.”
El 1 de enero de 2024, la Sra. Fazilet abrió su propio refugio — un hogar de 7,000 m² llamado Sokak Hayvanlarına Yardım ve Yaşatma Derneği (Asociación para Ayudar y Apoyar a los Animales Callejeros). Su misión era simple pero profunda: proporcionar protección a los perros callejeros contra la violencia y el peligro. Pero a medida que el refugio daba la bienvenida a sus primeros residentes, surgió un nuevo desafío.
Cuidadoras Preocupadas por la Seguridad
Los extensos terrenos del refugio, aunque proporcionaban amplio espacio para los perros, también planteaban serias preocupaciones de seguridad en el refugio de animales. La Sra. Fazilet luchaba por patrullar la zona por su cuenta, lo que dificultaba prevenir que intrusos se colaran a través de las vallas o que los perros se alejaran por la noche, ambas situaciones representando riesgos significativos. A pesar de los incansables esfuerzos de los voluntarios, estos desafíos dejaban tanto a los animales como a sus cuidadores en una posición precaria.
Guardianes que Nunca Duermen
Cuando Hikvision se enteró de los retos del refugio en Turquía, la empresa intervino para ayudar proporcionando su cámara ColorVu 24/7 y NVR para fortalecer la seguridad de los animales a través de medidas de protección efectivas. La instalación se completó con éxito con el apoyo de su socio, ENB Bilgisayar.
Estos dispositivos de seguridad para refugios de animales transformaron la situación del refugio de la noche a la mañana. Los voluntarios ahora pueden monitorear cada rincón del terreno con imágenes nítidas, de día o de noche. “Es como tener un ángel de la guarda,” se ríe la Sra. Fazilet. “Finalmente podemos vigilar a nuestros queridos amigos desde lejos, incluso después de anochecer. Esto nos da tanta alegría.”
El impacto se extendió más allá de la seguridad—reedefinió cómo se realiza la protección de los perros. Al automatizar el proceso de vigilancia, las cámaras liberaron a los voluntarios de patrullas constantes, permitiéndoles dedicar más tiempo a cuidar a los animales.