- Incluye números, símbolos, letras mayúsculas y minúsculas.
- Las contraseñas deben tener más de ocho caracteres.
- Evita contraseñas basadas en repetición, palabras de diccionario, secuencias de letras o números, nombres de usuario, nombres de familiares o mascotas, o información biográfica (cumpleaños, aniversario, etc.).
- Cambia tus contraseñas de forma regular.
2. Establece solo las reglas de firewall que realmente necesitas
Un cortafuegos, o firewall, intercepta todas las comunicaciones entre tú e Internet y decide si la información puede pasar a través de tus dispositivos. La mayoría de los cortafuegos, de forma predeterminada, bloquean todo el tráfico tanto de entrada como de salida. Esto es lo que llamamos "Denegar todo de forma predeterminada." En este estado predeterminado, es como si tus dispositivos ni siquiera estuvieran conectados a Internet. Si bien este es un estado muy seguro, no resulta muy útil. Entonces, debes crear un conjunto de reglas para decirle al firewall lo que consideras seguro. Todo lo demás, por defecto, se considera no seguro.
A medida que vas creando reglas para permitir la entrada y salida del tráfico, también estás creando pequeños agujeros en tu firewall por donde fluye el tráfico. Cuantas más reglas crees en tu firewall, menos segura será tu red. Solo debes crear las reglas mínimas que necesitas, a fin de reducir los riesgos de amenazas cibernéticas a través del sistema de firewall.
3. Actualiza oportunamente tu firmware
El firmware es el componente que habilita y controla la funcionalidad de tus dispositivos de red. Se trata de un programa de software o un conjunto de instrucciones programadas directamente en tus dispositivos de red. Proporciona las instrucciones necesarias para que tus dispositivos se comuniquen entre ellos.